Una introducción básica a la degustación y aprender  un poco de vinos puede ser una vivencia fascinante y gratificante, siguiendo  unos conceptos claves para comenzar y experimentar con prudencia. A medida que se penetra en el mundo del vino, se encuentra una gran diversidad de estilos, sabores y experiencias. La mejor manera de aprender es probando diferentes vinos y compartiendo impresiones con otros aficionados.

s una bebida alcohólica que ha sido apreciada y consumida por siglos en muchas culturas alrededor del mundo, con una historia rica y diversa, una amplia variedad de tipos y estilos, y un lugar destacado en la cultura y la gastronomía en todo el mundo. Su producción, maridaje y degustación son temas de interés tanto para aficionados como para expertos enológicos.
Tiene una historia rica que se remonta a miles de años; se cree que la producción de vino comenzó en la región de Mesopotamia, en la actual Irak, alrededor del 6000 a.C. Desde allí, se extendió a través de las civilizaciones griega y romana, desempeñando un papel importante en la cultura y la religión. Durante la Edad Media, los monjes europeos perfeccionaron las técnicas de producción, y el vino se convirtió en un símbolo de estatus y sofisticación.

Su producción implica la fermentación del jugo de uva en mosto, que se convierte en alcohol; el proceso puede variar según el tipo de vino, pero en general, implica la cosecha de uvas, la molienda, la fermentación, la crianza y el embotellado. Las diferencias en la variedad de uva, las condiciones geográficas y climáticas; las técnicas de vinificación dan como resultado sabores y características únicos en cada vino.

Tipos de vino:

Vino tinto: elaborado a partir de uvas rojas, con el jugo en contacto con la piel, lo que le da su color.
Vino blanco: hecho de uvas verdes o amarillas con poco o ningún contacto con la piel.
Vino rosado: una mezcla de uvas tintas y blancas o uvas tintas con un contacto mínimo con las pieles.
Vino espumoso: contiene burbujas, como el champagne o el cava.
Vino fortificado: enriquecidos con alcohol, como el Oporto o el Jerez.

Regiones vinícolas: Burdeos, ubicada en el suroeste de Francia; Borgoña, también conocida como Bourgogne en francés, otra vinícola en Francia; Napa Valley en el estado de California, Estados Unidos; Toscana, en Italia, conocida por  vinos de alta calidad y Mendoza, en Argentina. Cada región produce vinos con características únicas debido al suelo, clima y variedades de uva.

Variedades de uva: las variedades más conocidas y ampliamente cultivadas en todo el mundo son Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Pinot Noir. Cada una tiene sus propias características distintivas que influyen en el sabor, aroma y estilo de los vinos que producen.

Algunas de las características generales de estas variedades de uva, las condiciones de cultivo y vinificación también desempeñan un papel importante en la expresión final de estas variedades y cada una de ellas, puede dar lugar a una amplia gama de perfiles de sabor y estilos de vino según la región y las técnicas utilizadas.

La descripción del cuerpo del vino es importante en la cata de vinos porque puede ayudar a comunicar cómo se siente y cómo se percibe el vino en términos de textura y peso en la boca, lo que puede influir en la elección de maridajes y en la preferencia personal de los bebedores de vino.

La expresión "cuerpo ligero hasta completo" se utiliza en el contexto de la degustación de vinos para describir la sensación de densidad o peso que un vino tiene en la boca. Se refiere a la consistencia y la sensación de plenitud que se experimenta al beberlo.

Cuerpo Ligero: se siente liviano en la boca. Puede ser similar en sensación a beber agua o un líquido parecido. Estos vinos suelen tener menos extracto seco, menos alcohol y menos componentes que aporten densidad. Los vinos blancos jóvenes y algunos vinos tintos pueden tener un cuerpo ligero.

Cuerpo Medio: un vino con cuerpo medio se encuentra en algún punto intermedio entre ligero y completo. Tiene una sensación de plenitud moderada en la boca y puede tener una textura más rica y sustancial. Muchos vinos tintos y blancos de calidad media caen en esta categoría.

Cuerpo Completo: un vino con cuerpo completo tiene una sensación densa y sustancial en la boca. Puede sentirse rico y pesado, con una textura más viscosa; a menudo tienen un mayor contenido de alcohol, más extracto seco y pueden ser más intensos en sabor. Los vinos tintos robustos, como los Cabernet Sauvignon, a menudo tienen cuerpo completo.

Variedades de uvas:

Cabernet Sauvignon: de Francia, con sabores de frutas negras como ciruelas y cerezas, junto con notas de cedro, tabaco y pimiento verde; generalmente tienen un cuerpo completo y un alto contenido de taninos. Muy utilizadas en vinos tintos de guarda, como los vinos Bordeaux.

Merlot: de Francia, sabor a frutas rojas y negras, como ciruela, cereza y mora, con notas de chocolate y especias; tiene un cuerpo medio y taninos suaves. A menudo se mezcla con Cabernet Sauvignon y se utiliza en vinos tintos suaves y agradables.
Chardonnay: de Francia con sabor a manzanas, peras, piña y a menudo notas de mantequilla, vainilla y roble (dependiendo del proceso de envejecimiento).Cuerpo  que puede variar desde ligero hasta completo, según el estilo de vinificación. Ampliamente utilizada en vinos blancos secos y espumosos.
Sauvignon Blanc: de Francia; sabores cítricos, herbales y a veces tropicales, con una acidez nítida; cuerpo para vinos blancos ligeros a medianos. Se usa en vinos blancos secos y refrescantes, especialmente en Sauvignon Blanc del Valle de Marlborough en Nueva Zelanda.
Pinot Noir: de Francia; sabores a frutas rojas como cereza, fresa y frambuesa, a menudo con notas florales y terrosas. Generalmente tiene un cuerpo ligero a medio y taninos suaves. Conocido por producir vinos delicados y elegantes, como los vinos de Borgoña.

Degustacion de vinos:

• Color: observar el tono del vino: los vinos blancos pueden variar de amarillo pálido a dorado, mientras que los tintos pueden ser desde violeta hasta rubí o ámbar.
• Aroma: girar la copa y olfatear el vino, tratando de identificar los aromas, como frutas, flores, especias o madera.
• Sabor: tomar un sorbo y hacerlo pasar por toda la boca, detectando sabores como frutas, taninos, acidez y dulzura.
• Cuerpo: evaluar si el vino es impalpable, medio o completo en boca.
• Final: considerar la persistencia de los sabores después de tragarlo el vino.

Maridaje de vinos: combinar vinos con alimentos puede mejorar la experiencia culinaria, siguiendo  reglas generales, a saber: vinos tintos con carnes rojas y blancos con pescados y aves, siendo clave la experimentación.

Temperatura: es importante; los vinos tintos deben servirse a temperatura ambiente o ligeramente frescos; los blancos y espumosos se sirven fríos.

Almacenamiento: guardar las botellas en posición horizontal en un lugar fresco y oscuro para mantenerlo a temperatura constante y sin vibraciones.

Terminología:
         Añada: el año de cosecha de las uvas.
         Crianza: el tiempo que un vino pasa en barricas antes de embotellarse.
         Taninos: compuestos en los vinos tintos que aportan estructura y astringencia.
         Acidez: la frescura en el vino, a menudo asociada con los sabores cítricos.
         Bouquet: los olores complejos y sutiles que los vinos desarrollan con la edad. 

LOS MARIDAJES MÁS FAMOSOS DE VINOS Y QUESOS DE CATEGORIA
El maridaje de quesos y vinos es un arte en sí mismo, y hay muchas combinaciones famosas que se han disfrutado a lo largo de la historia. El maridaje es, en última instancia, una cuestión de preferencia personal por lo que conviene experimentar y descubrir las propias combinaciones; algunos de los más conocidos son:

Queso Brie con Chardonnay: el suave y cremoso queso Brie combina maravillosamente con un vino blanco Chardonnay bien equilibrado. El Chardonnay aporta notas de frutas tropicales y mantequilla que complementan la textura y sabor del Brie.
Queso Roquefort con Sauternes: el Roquefort, un queso azul francés intenso y salado, se equilibra perfectamente con un vino dulce como el Sauternes. La dulzura del vino contrarresta la salinidad del queso y realza sus sabores.
Queso Parmesano con Chianti: el queso Parmesano es conocido por su perfil de sabor salado y nuez, y el vino Chianti, un tinto italiano, tiene la acidez y la estructura para complementar este queso, creando una armoniosa combinación.
Queso Camembert con Champagne: el Camembert, similar al Brie, pero con un sabor más robusto, se realza con la efervescencia y acidez de un buen Champagne; es una combinación elegante y clásica.
Queso Gruyère con vino suizo Fendant: el queso Gruyère, un queso suizo semi-duro, combina bien con el vino suizo Fendant, también conocido como Chasselas. La frescura y acidez del vino complementan los sabores lácteos y a nuez del queso.
Queso Cabrales con Jerez: el Cabrales es un queso azul español con un fuerte sabor y aroma. Combínalo con un Jerez, un vino fortificado español, para equilibrar los sabores intensos del queso con la dulzura y complejidad del vino.
Queso Gouda con Malbec: el queso Gouda, ya sea joven y suave o envejecido y más sabroso, va bien con un Malbec argentino. La frutosidad y cuerpo del Malbec complementan los sabores del queso.
Queso Manchego con Tempranillo: el queso Manchego, de España, es un queso de oveja con un sabor firme y salado.