Capítulo 16

ACTITUD PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA 

El por José Saúl Velásquez Restrepo

El crecimiento propio no puede depender de otra persona; si  miramos con  sentimientos de gratitud todo los que tenemos en nuestra vida, la flexibilidad nos permite adaptarnos a las situaciones e  individuos más negativos,  difíciles e inesperados. Si pensamos en los aspectos positivos de cada persona, se nos facilita enriquecernos con cada interacción, sintiendo que tenemos  infinitas posibilidades para hacerlo.

Permitir que nuestra felicidad dependa de algo externo, nos transforma en esclavos de una condición, sustancia o persona. La libertad, la verdadera independencia, enuncia que la felicidad viene de adentro hacia afuera  y   un esclavo, no es libre, situación básica y la más valiosa para el bienestar. La verdadera independencia requiere desapego a las ilusiones y al condicionamiento social, viviendo consciente, cultivando la sumisión, el amor, la humildad y  el perdón que son los poderes más grandes del mundo. Debemos vivir con mucha esperanza de lograr lo que nos proponemos, siendo dueños de la paz interior y el propio destino.

Recordando siempre que el ser es anterior al hacer. Si se tira una piedra a un laguna, las ondas vuelven directamente al lanzador; así, el efecto de las palabras que se hablan y las ejecuciones que se realizan regresarán a los actores. Las acciones benévolas son como buenas semillas, cuando se plantan con amor, producen frutos sanos y dulces; puede observarse que  la vida ayuda y trae lo que se necesita; cuidando la calidad de las labores diarias, nos orientamos al éxito futuro.

Los modales finos muestran la espiritualidad y la sabiduría, facilitando las relaciones interpersonales. Todas las personas tienen algo que enseñar; es un principio que debemos aprovechar para beneficiarnos con las experiencias de otros. Se requiere entender que una respuesta obsoleta necesita ser desaprendida para asimilar una nueva. Con la bendición del trabajo, poniendo amor en lo que se hace, viene la inmensa alegría de sentirse útil y  las oportunidades para integrarse a un equipo, aprender,  enseñar;  desarrollar nuevas relaciones, expandir la capacidad personal y como complemento viene dinero. Confiando intuitivamente  que todo será como debe ser; con  mente abierta; sin tomar la ley en las propias manos y buscando lo mejor en los demás; ayudando a crear paz en el mundo, siendo pacífico, haciendo de un obstáculo, un trampolín para la felicidad. Pensando que estamos ayudando a todos; no compitiendo contra nadie; sin apegos egoístas (a las posesiones y a las personas) ni  orgullo (apego a una imagen particular de uno mismo). Si sucede algo negativo, estar dispuesto a colaborar en la solución, con buenos deseos a los demás, reconociendo, valorando,  apreciando sus logros; cooperando y haciendo algo por ellos para evaluar con objetividad, claridad y confianza cualquier situación que se presente.
 
Aceptando como una realidad que todos los eventos tienen su espacio y una armonía que no podemos atropellar. Afrontando todo con más esperanza y menos miedo; comiendo  menos y masticando  más; respirando más y llorando menos; amando más y  odiando menos; aportando más y   destruyendo menos; pensando, leyendo y callando más, hablando menos; alabando más y maldiciendo menos; elogiando más,  criticando y juzgando menos, sin pensar que  todo lo bueno es lo propio.

Todos somos bendecidos con la vida, pero la mayoría, no se  da cuenta. También tenemos congratulaciones para dar, oportunidad que puede ser la mayor  fortuna de todas. Mirar las buenas cualidades de los demás; reconocer, valorar y apreciar sus logros, cooperando y haciendo algo con acciones concretas por ellos, minimizando el analfabetismo que el Dr. Belisario Betancur Cuartas1 llamaba: “la prisión sin rejas”. Recordar que la paciencia es una virtud y también un poder. Si estoy dispuesto a escuchar, puedo ayudar a los demás a encontrar  soluciones propias a los problemas pendientes por resolver, recordando que el cambio es la primera ley de la naturaleza y los pensamientos descontrolados y dispersos son como un barco sin timón; cuanto más hablamos, menos personas escuchan; al final, incapaces de convencerlos, terminamos frustrados. Los buenos sentimientos hacia los demás son como bálsamos que curan heridas y restituyen amistades y relaciones.

Por medio de la meditación se llega a conocer a sí mismo por completo, tanto por dentro cómo por la forma como se reacciona a lo que está fuera. Aquietando la mente, mirando hacia adentro para conocernos más; llenarnos de paz interior, de fe, de alegría, de ternura, de amor y  bondad, mejorando la empatía. Por sobre todo, la introversión permite disfrutar en el sentido literal de la palabra y adquirir felicidad y sabiduría, virtudes que cultivándolas, permanecen de por vida.

Tomar una buena  decisión implica asegurarnos de que nuestros pensamientos y sentimientos sean positivos hacia los demás y  estén llenos de buenos deseos. Cuando lo hacemos, los otros  empiezan a sentir una belleza más recóndita que proviene detrás de la piel: la divinidad interior. Debemos permitir que la cara, verdadero yo, se muestre.

Los órganos más llamados a mantener limpios y ordenados son la  mente y el corazón; sus necesidades son profundas y no pueden ser satisfechas por nada superficial o de corto plazo. La meditación lleva a un punto de encuentro con todo lo que es auténtico e inmortal y ayuda a encontrar la sabiduría

Amar la mente permitiéndonos espacios de silencio y ella nos servirá incansablemente; aprender a mantener la paz y la paciencia. Cultivar la audacia de plantar semillas de cambio ahora y la calma para esperar a que surjan los frutos. Alguien podría intentar destruir  de la noche a la mañana lo que tardamos años en construir.  Si somos honestos, la gente puede engañarnos; debemos ser honorables de todos modos.  Construyendo; el bien que hacemos hoy, probablemente se  olvidará mañana; confíemos  en el análisis final con  Dios, seguros de que  habrá justicia.

Las mejores soluciones a los problemas no serán el resultado de pensar mucho. En la oración nos  comunicamos con Dios, en la meditación, ÉL se comunica con nosotros. Dejemos que la mente se relaje y disfrutemos los momentos de tranquilidad. En lugar de preocuparnos, aceptar aquello sobre lo que no  tenemos control; ordenando donde se pueda y elegiendo la felicidad en lugar de la preocupación.

Usando mejor el tiempo con pensamientos pacíficos, los problemas nos dejan de afectar. No tratemos de resolver todo por nosotos  mismos para  dejar un espacio a Dios. Con  un enfoque personal, buscar las fortalezas y practicarlas mucho para acrecentarlas más y hacer de la vida un eterno presente, sin angustias del pasado ni temores a futuro.

Estos valores  pueden y  deben desarrollarse desde los primeros años aprovechando todas las oportunidades que la vida nos presenta, empezando por desplegar una mentalidad positiva, venciendo todos los obstáculos que se nos presenten por grandes que parezcan; teniendo claro que se inicia con la educación, utilizando todos los medios posibles; aceptando que como  humanos, vale la pena ayudar a los demás. Es mucho más útil respirar hondo, prestar atención a la actitud y responder sin prisa.

El entusiasmo es la llave maestra para sentirse bien. Mantener el yo extremadamente positivo más allá de la atracción de la negatividad y al mismo tiempo, lograr que los demás también se sientan elevados. Desarrollar delirio, tener fe en la bondad de la vida y en la piedad original de uno mismo y de los demás. El secreto de la riqueza inconmensurable es necesitar menos. El poder de la verdad es tal que nunca nos debemos preocupar por probarlo. Sólo nos debemos ocupar por serlo y vivirlo. La sinceridad siempre se revela, en el momento y lugar correctos.

El gran filósofo alemán, Emmanuel Kant (1724-1804) enseña que la felicidad es un deber del ser humano; compromiso  supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla. La felicidad, en el mundo kantiano, no depende del destino ni de los demás, sino de uno mismo, de la persona, es decir, de su propio comportamiento y carácter.

La felicidad es el estado natural de una mente sana; proviene de vivir intensamente el momento y para cada persona es un concepto particular dependiendo de los recursos a su alcance, sin envidiar a nadie.  Previamente debe  desarrollarse la paz interior, facultad de ser y por la cual, la persona se reconoce y manifiesta su amor propio para conocer el mundo y actuar acorde con sus propósitos. Es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Implica conocimiento de sí mismo, lo que le permite elaborar su proyecto de vida, base para estar feliz en la medida que va avanzando hacia objetivos bien definidos, valorándose mucho a medida que progresa en las metas que se ha fijado. 

Cuando experimentamos que el ímpetu aumenta en nosotros y nos sentimos con mucha energía vital; cuando comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, sentimos un momento de felicidad. A largo plazo, es lo máximo de un ser humano,  a medida que alcanza completo desarrollo, a plenitud consigo y con el orden del cosmos. Para lograrlo podemos aprender de los demás,  manteniendo presente que siempre habrá opciones; cuidando  la salud con  alimentación adecuada, alejado de los vicios y aprovechando prudentemente el sol para hacer ejercicio; ser agradecido; cultivando y acrecentando las amistades; aprendiendo a descansar; mermando la ambición; practicando el perdón; no envidiando a nadie, siendo humilde, compartiendo para evitar acumulaciones peligrosas y las demás acciones que se nos ocurran, cultivando siempre la paz interior. 
 
El Dr. HERNÁN GOMEZ AGUDELO
Hace muchos años, cuando ejercía  como presidente de Difutbol, estando en las oficinas de la Dimayor, finalizada una reunión del comité de apelaciones, del cual era integrante, se me acercaron unos dirigentes del club  Envigado y me solicitaron ayuda para ingresar a la rectora del fútbol profesional. De inmediato les respondí: "estamos próximos a iniciar el ascenso y descenso; el momento es muy oportuno, pero tengan muy claro que lo más importante es armar un buen equipo".

A los pocos días estando reunido con Dn Alex Gorayeb q.e.p.d.  en su oficina, lo llamaron para informarle que lo necesitaban unos dirigentes de Antioquia. Por elemental prudencia, me despedí para que atendieran a mis paisanos, sin tener idea de quienes eran.

Al salir me encontré de frente al reconocido dirigente, que tanto aportó al país y muy especialmente a Antioquia y lo saludé con un fuerte y sincero abrazo que  recuerdo con alegría.

“Camina para que nos ayudes que vos tenes mucho como hacerlo; acompáñanos, por favor”, me dijo en presencia de Don Alex. De inmediato acepté.

Fue fundador del Baby fútbol, impulsando la asistencia con las envolturas de las famosas frunas NOEL, empresa supremamente reconocida, de la cual era el ejecutivo líder del mercadeo y ventas. Inició  la Nueva Generación del futbol, institución en la que lo acompañé con el Dr. José Mario Rodríguez, presidente del concejo municipal y ex alcalde de la ciudad  de Envigado y el Dr. Gustavo Piedrahita, exfuncionarios y compañeros de trabajo en EVERFIT-INDULANA.

Instituyó el colegio de árbitros  de  Antioquia, donde lo asistió el Dr Fernando Calle Garcés y fue directivo de la liga antioqueña de fútbol con Antonio Mesa Escobar, ex rector y profesor emérito der la U de A, Ernesto Escobar Meneses y  Oscar Serna Mejia; también fue presidente de la liga  antioqueña de basquetbol.

 Fundador de Fedelian;  gerente del DIM, club en el cual lo acompañé como directivo de las divisiones inferiores que entrenaron los maestros antioqueños Humberto “turrón” Álvarez  y Mario Agudelo  en distintas ocasiones y posteriormente,  en sus últimos años fue miembro del tribunal  deportivo de la Federación Colombiana de fútbol que presidía Don León Londoño Tamayo q.e.p.d. y alcalde cívico de Medellín.Completó su vida pública como senador de la república, institución que lo defraudó por la lentitud y desgano para trabajar. 

Recuerdo su empeño para fundar la Escuela Nacional de directores técnicos de fútbol; su trabajo al frente de la construcción del estadio de Envigado ; el programa de embellecimiento del estadio Atanasio Girardot y la búsqueda de  la sede de los juegos panamericanos para la ciudad de Medellín, la cual se perdió por razones de orden público.
En una de las últimas charlas que tuvimos, me comentaba de las orientaciones y asesorías a sus hijos, los consagrados directores técnicos Hernán Darío y Gabriel Jaime. Le dije: lo que más aprecio de Ud. son sus ejecutorias como líder;  sus grandes logros como empresario, las mismos que aportó a la dirigencia deportiva y tanto que nos enseñó.
El Dr. Julio Vélez me dijo:
SAÚL: de  Hernán Gómez se podría publicar un libro. Tuve la fortuna de ser cercano a él por muchas razones en lo deportivo por ser colegas en la dirigencia deportiva (Coldeportes Antioquia, Fedelian, el DIM) pero mi recuerdo por él, siempre será: su generosidad, sinceridad con los amigos y colegas y en general con lo que lo rodeaba en su quehacer diario. Fue sincero y frentero y esto último lo hacía aparecer en los que no lo conocían a fondo como un hombre temperamental pero para mí era un hombre que no caminaba con la injusticia.

Concepto de la IA: la opinión expresada por José Saúl Velásquez Restrepo destaca la importancia de la actitud y la mentalidad positiva para mejorar la calidad de vida. El autor enfatiza que la felicidad no debe depender de factores externos, como personas o condiciones, sino que debe provenir desde adentro. Además, menciona la importancia de la paciencia, la humildad, el amor, el perdón y la colaboración con los demás como valores fundamentales para el bienestar.

El texto también resalta la importancia de la meditación y la introspección para conocerse a uno mismo y cultivar la paz interior. Se promueve la idea de que la felicidad es un deber del ser humano y que depende en gran medida de cómo uno se comporta y se relaciona con el mundo.
En el segundo segmento del texto, se comparte una semblanza del Dr. Hernán Gómez Agudelo, destacando su contribución a la dirigencia deportiva y su liderazgo en diversas áreas, así como su generosidad y sinceridad. Se resalta su papel como empresario y su impacto en el deporte, lo que demuestra la influencia positiva que una actitud y enfoque adecuados pueden tener en la vida de las personas y en la sociedad en general.
En resumen, el texto enfatiza la importancia de cultivar una actitud positiva, valores humanos y el autoconocimiento para mejorar la calidad de vida y lograr el bienestar personal y colectivo. También se destaca la influencia positiva de líderes como el Dr. Hernán Gómez Agudelo en la comunidad.



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