Capítulo 5
IA, COLOMBIA Y LA OCDE
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y sus asesores Michael Koelle, Aida Caldera Sánchez y Paula Garda, hacen 5 recomendaciones para alcanzar un nivel de desarrollo aceptable a mediano plazo.
El organismo señala que se deben abordar las disparidades regionales en la productividad “como elemento crucial para mejorar los niveles de vida y garantizar el bienestar económico de todos los colombianos”. Las brechas regionales del PIB per cápita de Colombia se encuentran entre las más altas de la OCDE, impulsadas en gran medida por diferencias profundamente arraigadas en productividad, como se destacó en el reciente Estudio Económico de la OCDE sobre Colombia 2024.
Disparidades desarrollado a lo largo de muchos años, exacerbadas por décadas de conflicto, desigualdad de la infraestructura, la educación, la capacitación y las oportunidades del mercado laboral que, a juicio de los expertos, Colombia se encuentra ante una oportunidad única para impulsar su economía y garantizar que todas las regiones se beneficien.
Las tendencias globales, como los cambios en los patrones comerciales, el nearshoring y la transición ecológica, presentan desafíos, pero también grandes oportunidades. a saber:
1.Colombia debe mejorar la Infraestructura para optimizar la conectividad porque se ha visto frenada durante mucho tiempo por la falta de inversión, el conflicto armado, y la geografía del país. El siguiente paso es desarrollar y conectar puertos, ríos, ferrocarriles y carreteras de manera más eficiente y mejorar de los caminos rurales para conectar a las comunidades remotas con las ciudades y los mercados cercanos.
2. Reducir la burocracia porque los altos costos administrativos y las complejas regulaciones hacen difícil que las empresas, prosperen en Colombia. La expansión de las ventanillas únicas empresariales (VUE) digitales para permisos y licencias a más municipios, incluyendo más trámites y soluciones de pago digital, particularmente en áreas remotas, ayudaría a más pequeños negocios a formalizarse, crear empleos y contribuir a las economías locales.
3. Equipar a los adultos jóvenes con habilidades para el trabajo porque muchos abandonan la escuela sin las habilidades que necesitan para tener éxito en la fuerza laboral, especialmente en áreas rurales donde los colegios están lejos. Los programas de formación profesional de segundo ciclo han sido un salvavidas para muchos, ya que ofrecen competencias valiosas y buenos resultados.
4. Fortalecer las capacidades y las finanzas de los gobiernos subnacionales, especialmente los municipios en áreas remotas y rurales que tienen unas capacidades fiscales y administrativas limitadas. El desarrollo de la capacidad administrativa debe ir de la mano con la delegación de autoridad, la clarificación de las responsabilidades de gasto y la mejora de la coordinación intergubernamental. La corrupción afecta más a las regiones más pobres y rurales de Colombia, erosionando la confianza y bloqueando el progreso.
El fortalecimiento de las regulaciones sobre el financiamiento privado de las campañas políticas, una mejor protección de los líderes de la sociedad civil y la mejora de la transparencia en las transacciones financieras son pasos fundamentales para garantizar que el progreso beneficie a todos los colombianos.
Al garantizar la paz y mejorar la infraestructura estas áreas pueden participar en el comercio y beneficiarse del fuerte turismo de Colombia. El ritmo de aplicación ha sido lento y se necesitan más recursos para aprovechar plenamente los beneficios de la paz
La expansión de estos programas en regiones vulnerables donde las opciones educativas son limitadas puede ayudar a cerrar la brecha entre la escuela y el trabajo. La OCDE considera, que “cerrar las brechas de prosperidad entre las regiones de Colombia es esencial no solo para fomentar la equidad, sino también para impulsar la productividad del país.
Al mejorar la infraestructura, reducir las barreras a las empresas y empoderar a los gobiernos locales, Colombia puede construir un futuro mejor en el que todos los ciudadanos, sin importar dónde vivan, puedan compartir el crecimiento del país”.
5. Aumentar la inversión total: Colombia ha experimentado una disminución prolongada de la inversión total desde el fin del auge de las materias primas en 2015. La baja y decreciente relación inversión/PIB desde entonces obstaculiza el ya bajo crecimiento potencial y la capacidad de alcanzar los niveles de productividad y estándares de vida de las economías más avanzadas.
Varios factores podrían haber contribuido a la disminución de la tasa de inversión, entre ellos una baja tasa de ahorro y una asignación inadecuada del capital. La alta informalidad podría ser otro factor que contribuye al bajo crecimiento potencial de Colombia, las bajas tasas de ahorro nacional y la asignación ineficiente del capital, ya que las empresas y los trabajadores del sector informal a menudo enfrentan condiciones de empleo precarias, salarios bajos y falta de acceso a instituciones financieras formales que limitan su capacidad de ahorrar e invertir en actividades productivas.
Infraestructura para la conectividad: la mejora de la infraestructura, especialmente en áreas rurales y remotas, es vital para conectar comunidades marginadas con centros de comercio y actividad económica. La inversión en conectividad, tanto de transporte como digital, puede potenciar el acceso al empleo, la educación y servicios básicos, mejorando así la calidad de vida y fomentando un desarrollo más inclusivo.
Reducción de la burocracia: simplificar los trámites administrativos puede tener un impacto positivo inmediato en el ambiente empresarial. La burocracia y los altos costos de formalización son barreras que frenan a los emprendedores, especialmente en el sector informal, de crecer y contribuir formalmente a la economía. La expansión de plataformas como las ventanillas únicas empresariales en áreas rurales permitirá a más personas formalizar sus negocios y fortalecer las economías locales.
Habilidades para el trabajo: equipar a los adultos jóvenes con habilidades laborales puede ser transformador en las zonas rurales, donde el acceso a programas educativos y de formación es limitado. Esta formación práctica permite a los jóvenes una transición más efectiva al empleo, ayudando a reducir la tasa de desempleo juvenil y fortaleciendo el desarrollo regional.
Fortalecimiento de gobiernos locales y lucha contra la corrupción: La descentralización efectiva, junto con el fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas, es esencial para que los municipios logren un desarrollo sostenido. El empoderamiento de las autoridades locales con capacidades administrativas y fiscales, acompañado de una firme lucha contra la corrupción, es clave para construir una administración pública confiable y eficiente que pueda dirigir los recursos hacia el desarrollo.
Aumento de las inversiones y formalización de la economía: incentivar la inversión es esencial para aumentar el crecimiento potencial de Colombia. La baja tasa de ahorro e inversión, junto con una economía altamente informal, limita el crecimiento. Fomentar la formalización no solo beneficia a las empresas, sino que también incrementa el acceso a créditos e instituciones financieras, propiciando una economía más sólida y productiva.
Cada una de estas recomendaciones es interdependiente y forma parte de un enfoque integral que, si se implementa de manera eficaz, podría transformar los desafíos actuales en oportunidades reales de desarrollo inclusivo para Colombia. La cooperación entre el sector público y privado, junto con una visión estratégica y una inversión sostenida en infraestructura y capital humano, permitirá que estas recomendaciones se materialicen y beneficien a todas las regiones del país.
Opinión de la IA: Este artículo, José Saúl, refleja un análisis claro y detallado de las recomendaciones de la OCDE para Colombia, identificando áreas críticas donde el país puede mejorar para avanzar en desarrollo económico y social.
En primer lugar, resalta adecuadamente la importancia de la infraestructura en Colombia, especialmente para las zonas rurales y remotas, donde los beneficios de la conectividad aún son limitados. Al abordar la conectividad, no solo en términos de transporte, sino también en el acceso digital, se podría impulsar significativamente el crecimiento inclusivo. Las mejoras en la infraestructura permitirían que estas comunidades accedan a mercados, empleos, y educación, reduciendo las disparidades regionales y fortaleciendo la economía local.
También, el énfasis en la reducción de la burocracia es fundamental, especialmente para facilitar la formalización de las empresas en el sector informal. Esto abriría puertas para pequeños empresarios que, al verse menos asfixiados por trámites, podrían contribuir activamente a la economía formal, generando empleo y promoviendo la inversión.
Otra de las fortalezas del artículo es la propuesta de capacitar a los jóvenes con habilidades laborales prácticas, lo que representa un componente esencial para cualquier estrategia de desarrollo económico. Esto también aborda las disparidades educativas y promueve la inclusión de sectores tradicionalmente marginados.
Por último, el fortalecimiento de los gobiernos locales y la lucha contra la corrupción son puntos cruciales que, de llevarse a cabo con seriedad, podrían hacer que los recursos fluyan de forma justa y efectiva, permitiendo un desarrollo regional equilibrado y sustentable. El combate a la corrupción es, sin duda, una prioridad para la OCDE y debe ser una piedra angular de la política pública en Colombia para asegurar la confianza y el progreso.
Cada uno de los elementos interrelacionados que planteas son pasos necesarios y factibles para que Colombia aproveche esta “oportunidad única” de modernización y mejora estructural. Tu enfoque en la cooperación público-privada y la inversión en capital humano muestra una visión integradora y estratégica.


