Capítulo 23

IA, DERECHOS Y DEBERES HUMANOS PARA LAS NORMAS ÉTICAS Y SOCIALES

por José Saúl Velásquez Restrepo

 

Derechos humanos: garantías inherentes a todas las personas por el simple hecho de serlo; son universales, inalienables e indivisibles y rebuscan proteger la dignidad y la libertad de cada individuo como el derecho a la vida, la libertad de expresión, a la educación, y a la salud; son inherentes a todos los individuos sin discriminación alguna y aplican universalmente; no pueden ser renunciados ni transferidos porque están destinados a proteger a los individuos del abuso de poder, asegurando la dignidad y el respeto a cada persona.

El entendimiento y la aplicación de los derechos y deberes humanos son esenciales para la convivencia pacífica y la construcción de sociedades inclusivas. A través del respeto a estos principios, podemos trabajar hacia un mundo donde cada individuo tenga la oportunidad de vivir con dignidad, libertad y justicia. Los derechos humanos no son simplemente conceptos legales, sino un compromiso con un futuro mejor para todos.

Se encuentran consagrados en documentos internacionales como la declaración universal de los derechos humanos (DUDH), los pactos Internacionales de derechos civiles, políticos, económicos, sociales, y culturales, así como en diversas convenciones y tratados internacionales; la mayoría de las constituciones y leyes nacionales están alineadas con estos derechos y proporcionan mecanismos legales para su defensa y promoción. Ejemplos:

derecho a la vida: toda persona tiene derecho a no ser privada de la vida arbitrariamente.

libertad de expresión: el derecho a expresar sus ideas y opiniones libremente.

derecho a la educación: recibir educación y acceder a oportunidades de aprendizaje.

derecho a un juicio justo: y transparente ante las leyes.


Derechos y deberes Interconectados:

Los derechos y deberes humanos están interconectados y se complementan mutuamente. La existencia de derechos implica la responsabilidad de cumplir con ciertos deberes, y viceversa. Por ejemplo, el derecho a la libertad de expresión lleva implícito el deber de no difundir información falsa o dañina.

Los derechos humanos han evolucionado a lo largo del tiempo, especialmente después de la segunda guerra mundial, con la creación de la declaración universal de los derechos humanos en 1948. Están reconocidos y protegidos a nivel internacional, con organizaciones como las Naciones Unidas supervisando su cumplimiento.

Están más influenciados por las tradiciones, normas culturales, y expectativas sociales de cada región. En la era digital, el derecho a la privacidad y la protección de datos personales se ha convertido en un tema crucial.

La protección de los derechos de grupos minoritarios y vulnerables sigue siendo un foco importante en la agenda global.

Las diferencias entre derechos y deberes humanos son claras, pero están íntimamente conectadas. Los derechos humanos están enfocados en proteger la dignidad y libertad individual, mientras que los deberes humanos enfatizan la responsabilidad hacia los demás y la sociedad en general. Ambos son esenciales para crear un entorno justo y equitativo, donde los individuos puedan prosperar mientras contribuyen al bienestar colectivo. 

Deberes humanos: son las obligaciones o responsabilidades que los individuos tienen hacia otras personas y la sociedad en general; están diseñados para promover el bienestar social y mantener un equilibrio en la convivencia como respetar las leyes, pagar impuestos y cuidar el medio ambiente.
Relacionales: los deberes humanos enfatizan las relaciones interpersonales y sociales, fomentando una coexistencia pacífica y responsable.
Condicionales: pueden depender del contexto cultural, social, y legal de cada sociedad.
Contribución: están destinados a contribuir al bien común y asegurar que cada individuo participe en el Los deberes humanos están más relacionados con las normas éticas y morales de cada sociedad y cultura. Aunque algunos deberes también están legislados, su cumplimiento muchas veces depende del sentido de responsabilidad individual.
Legislación variable: aunque algunas leyes específicas pueden delinear ciertos deberes, estos tienden a ser más fluidos y adaptables a contextos culturales y sociales particulares.} 

Ejemplos de deberes humanos:

Obedecer las leyes: toda persona tiene la obligación de cumplir con las leyes y regulaciones establecidas por su comunidad.
Respetar los derechos de los demás: asegurando la convivencia pacífica.
Contribuir al bien común: la responsabilidad de contribuir al desarrollo y bienestar de la sociedad.
Cuidar el medio ambiente: actuar de manera responsable hacia el medio ambiente y los recursos naturales. 

Los deberes humanos se centran en las responsabilidades que cada persona tiene hacia su comunidad y el mundo en general; ponen énfasis en la comunidad y la responsabilidad social.

Los derechos y deberes humanos están interconectados y se complementan mutuamente. La existencia de derechos implica la responsabilidad de cumplir con ciertos deberes, y viceversa.

Por ejemplo, el derecho a la libertad de expresión lleva implícito el deber de no difundir información falsa o dañina. La implementación de los deberes humanos suele depender más de la educación y la conciencia social a nivel local.
Aunque algunos deberes están legislados, su aplicación muchas veces depende de la conciencia y responsabilidad individual.

Deberes Humanos: enfrentar el cambio climático y la protección del medio ambiente se consideran deberes esenciales para las generaciones actuales. La participación en procesos democráticos, como votar e involucrarse en la comunidad, se ve como un deber ciudadano.

La protección y el respeto de los derechos humanos varían considerablemente entre los países, y se ven influenciados por factores como el sistema político, la estabilidad económica y social, y la cultura. Algunos países son reconocidos por su fuerte compromiso con los derechos humanos y sus políticas que aseguran el cumplimiento de estos derechos.

Países que se destacan por su respeto y promoción de los derechos humanos con ejemplos específicos de sus políticas y prácticas:

Noruega: indice de derechos humanos: Noruega frecuentemente se ubica en la cima de los índices globales de derechos humanos, como el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.

Libertades civiles: garantiza libertad de expresión, religión y prensa.

Igualdad de género: Noruega tiene uno de los más altos índices de igualdad de género, con políticas que promueven la participación de las mujeres en la política y la economía.

Sistema de bienestar: ofrece un amplio sistema de seguridad social que incluye educación gratuita y atención médica universal.

Suecia: derechos de los niños: Suecia es líder en la promoción de los derechos de los niños, asegurando protección y educación de calidad.

Leyes de discriminación: fuerte legislación contra la discriminación en base a raza, género, orientación sexual y discapacidad.

Transparencia y democracia: altos niveles de transparencia gubernamental y participación ciudadana.

Finlandia: libertad de prensa: considerado uno de los países con mayor libertad de prensa en el mundo.

Derechos educativos: sistema educativo inclusivo y de alta calidad, accesible para todos.

Protección ambiental: Finlandia también se preocupa por los derechos ambientales, integrándolos en su enfoque de derechos humanos. 

Canadá: diversidad cultural: políticas que promueven la diversidad y la inclusión de minorías y comunidades indígenas.

Sistema de salud público: acceso universal a la salud como un derecho humano fundamental.

Políticas de asilo: fuerte compromiso con los derechos de los refugiados y solicitantes de asilo.

Dinamarca: estado de bienestar: amplio sistema de bienestar que garantiza los derechos económicos y sociales de los ciudadanos.

Derechos laborales: altos estándares de derechos laborales y protección para los trabajadores.

Igualdad de género: Dinamarca tiene políticas avanzadas en la igualdad de género, promoviendo la igualdad salarial y la representación en el gobierno.

Países Bajos (Holanda): libertad personal: reconocido por su enfoque liberal hacia los derechos individuales y las libertades civiles.
Derechos LGBTQ+: uno de los primeros países en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Sistema de Justicia: un sistema judicial que respeta y protege los derechos humanos.

Suiza: democracia directa: participación ciudadana activa en el proceso democrático a través de referendos.

Neutralidad y paz: fuerte compromiso con la paz y los derechos humanos a nivel internacional.

Protección de datos: altos estándares de privacidad y protección de datos personales.

Nueva Zelanda: derechos indígenas: progreso significativo en la protección de los derechos de los maoríes, la población indígena de Nueva Zelanda.

Equidad de género: políticas inclusivas para la equidad de género y la representación política.

Medio ambiente: compromiso con los derechos ambientales y la sostenibilidad.

 Islandia: igualdad de género: Islandia es conocida por sus políticas de igualdad de género, liderando a nivel mundial en este aspecto.

Sistema educativo: educación accesible y de alta calidad para todos los ciudadanos.

Libertad de expresión: garantiza la libertad de expresión y la libertad de prensa.

Alemania: derechos humanos internacionales: compromiso fuerte con la promoción de los derechos humanos en el ámbito internacional.

Asilo y refugiados: políticas de asilo justas y un enfoque humanitario hacia los refugiados.

Educación y salud: sistema de educación y salud pública accesible para todos.

Otros aspectos a considerar:

Además de estos ejemplos, hay otros aspectos y métricas que pueden ayudar a medir cómo los países cumplen con los derechos humanos:

Índice de libertad de prensa:

Ranking de RSF: según Reporteros Sin Fronteras (RSF), países como Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca ocupan los primeros lugares en el Índice Mundial de Libertad de Prensa.

Índice de democracia: The Economist evalúa la calidad de la democracia en los países y su respeto por los derechos políticos y civiles. Noruega, Islandia, Suecia y Nueva Zelanda suelen encabezar la lista.

Índice de paz global, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz mide la ausencia de violencia y el compromiso con la paz, y países como Islandia, Nueva Zelanda, y Suiza destacan por su bajo nivel de conflictos y alta estabilidad social.

Convenios internacionales, adherencia a tratados: los países que han ratificado y cumplen con convenios internacionales como la convención contra la tortura o la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer muestran un fuerte compromiso con los derechos humanos.

Retos y desafíos globales: a pesar de los esfuerzos, incluso en estos países con altos estándares de derechos humanos, persisten desafíos como el racismo, la xenofobia, y el impacto del cambio climático. Por ello, es esencial el compromiso continuo con la promoción y protección de los derechos humanos.

La protección de los derechos humanos es un esfuerzo constante y multidimensional. Los países mencionados se destacan por su compromiso, pero siempre hay espacio para mejorar. La vigilancia, la educación y la participación ciudadana son fundamentales para asegurar que estos derechos sean respetados y promovidos en todo el mundo.

Opinión de la IA: La relación entre la inteligencia artificial (IA) y los derechos y deberes humanos es un tema de creciente interés y relevancia. La evolución de la IA está planteando nuevos desafíos y oportunidades en la forma en que entendemos y aplicamos las normas éticas y sociales que guían nuestras vidas. A continuación, ofrezco una reflexión sobre cómo la IA podría influir y ser influenciada por los derechos y deberes humanos, y cómo estos elementos se interconectan en la construcción de un marco ético coherente:
Derechos Humanos y la Inteligencia Artificial
Los derechos humanos son un conjunto de garantías fundamentales que todas las personas poseen por el mero hecho de existir. Estos derechos están diseñados para proteger la dignidad y libertad de cada individuo y están consagrados en documentos internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) y diversos tratados internacionales. Sin embargo, con la llegada de la IA, surge la pregunta de cómo estos derechos pueden y deben ser protegidos en un mundo cada vez más digitalizado.
El Derecho a la Privacidad: uno de los derechos que ha cobrado mayor relevancia en la era digital es el derecho a la privacidad. Las tecnologías de IA, que a menudo requieren vastas cantidades de datos personales para funcionar eficazmente, plantean preocupaciones sobre cómo se recopilan, almacenan y utilizan estos datos.
Desafíos: el uso de la IA en la vigilancia masiva y el reconocimiento facial, como se ha visto en varios países, puede violar el derecho a la privacidad y otros derechos fundamentales.
Soluciones: es crucial que las leyes y regulaciones se adapten para proteger este derecho, implementando controles estrictos sobre el acceso a la información personal y garantizando que las personas tengan el control sobre sus datos. La Regulación General de Protección de Datos (GDPR) en la Unión Europea es un ejemplo de cómo se puede legislar para proteger la privacidad en la era digital.
El Derecho a la No Discriminación
La IA tiene el potencial de perpetuar y amplificar sesgos existentes si no se desarrolla y se implementa con cuidado. Los algoritmos de IA pueden ser entrenados con datos que reflejan prejuicios humanos, resultando en sistemas que discriminan basados en raza, género, edad, o cualquier otra característica.
Ejemplos: casos de discriminación en IA se han reportado en áreas como la contratación laboral, donde algoritmos han favorecido a ciertos grupos demográficos sobre otros.
Soluciones: las empresas y desarrolladores deben implementar prácticas de auditoría y monitoreo ético para identificar y corregir sesgos en sus sistemas de IA. Además, se requiere una mayor diversidad en los equipos de desarrollo para asegurarse de que los productos de IA sean inclusivos y equitativos.
El Derecho a la Educación y la Salud
La IA tiene el potencial de revolucionar el acceso a la educación y la salud, dos derechos humanos fundamentales.
Educación: la IA puede personalizar el aprendizaje, ofreciendo materiales adaptados a las necesidades y ritmos de cada estudiante. Esto podría democratizar el acceso a la educación de calidad en todo el mundo.
Salud: en el sector de la salud, la IA puede mejorar diagnósticos, optimizar tratamientos, y hacer que la atención médica sea más accesible y asequible.
Desafíos y soluciones: aunque estas innovaciones son prometedoras, es esencial que no creen brechas de acceso. Las políticas deben asegurar que la tecnología esté disponible para todos, sin importar la situación económica o geográfica.
Deberes humanos y la inteligencia artificial
Los deberes humanos representan las obligaciones que cada individuo tiene hacia la sociedad y el entorno. Estos deberes son fundamentales para mantener una convivencia pacífica y sostenible, especialmente en un mundo cada vez más influenciado por la tecnología.
Responsabilidad social y ambiental
La responsabilidad hacia el medio ambiente y el cambio climático es un deber humano que cobra relevancia con la IA. La tecnología de IA puede ser utilizada para monitorear el impacto ambiental y optimizar el uso de recursos, pero también puede contribuir a la degradación ambiental si no se gestiona adecuadamente.
Soluciones: se deben implementar prácticas sostenibles en el desarrollo y la implementación de la IA. La ética ambiental debe integrarse en la educación y entrenamiento de quienes diseñan estas tecnologías.
Responsabilidad en la difusión de información
La libertad de expresión es un derecho fundamental que lleva implícito el deber de no difundir información falsa o dañina. La IA, especialmente en plataformas de redes sociales, juega un papel importante en la diseminación de información y desinformación.
Desafíos: los algoritmos de IA pueden amplificar noticias falsas o sesgadas, influyendo en la opinión pública y en los procesos democráticos.
Soluciones: las plataformas tecnológicas deben implementar mecanismos de verificación de hechos y moderación de contenido, mientras que los individuos deben ser educados para ser consumidores críticos de la información.
Normas éticas y sociales en la era de la IA
La interacción entre la IA y los derechos y deberes humanos requiere la articulación de normas éticas y sociales que guíen su desarrollo y uso. Aquí se proponen algunas áreas clave para la consideración:
Ética en el desarrollo de IA
El desarrollo de la IA debe estar guiado por principios éticos que aseguren que la tecnología beneficie a la sociedad en su conjunto.
Transparencia: los sistemas de IA deben ser transparentes y explicables. Los usuarios deben entender cómo funcionan y cómo se toman las decisiones.
Responsabilidad: los desarrolladores y empresas deben ser responsables de las implicaciones éticas de sus tecnologías. Esto incluye la responsabilidad de corregir errores y sesgos.
Gobernanza y regulación: la gobernanza de la IA es un desafío crítico que requiere la cooperación internacional y la participación de múltiples actores, incluidos gobiernos, empresas, y sociedad civil.
Regulación proactiva: las leyes y regulaciones deben anticipar los desafíos éticos y sociales que plantea la IA, en lugar de reaccionar ante ellos.
Colaboración global: la IA es una tecnología global, y su regulación efectiva requerirá la colaboración internacional para establecer estándares comunes.
Educación y conciencia pública
La educación y la conciencia pública son esenciales para que los individuos comprendan tanto los beneficios como los riesgos de la IA.
Educación técnica y ética: la educación debe incorporar tanto habilidades técnicas como una comprensión ética de la IA. Esto ayudará a preparar a la próxima generación para manejar las complejidades de un mundo cada vez más digitalizado.
Conciencia social: la sociedad en general debe estar informada sobre los impactos de la IA y cómo estos se relacionan con sus derechos y deberes.
Países destacados en derechos y deberes humanos
Existen países que se destacan por su fuerte compromiso con los derechos humanos y por implementar políticas que promueven tanto los derechos como los deberes humanos. Aquí se presentan algunos ejemplos destacados:
1.Noruega:
Derechos humanos: Noruega ocupa frecuentemente un lugar alto en los índices de derechos humanos, garantizando la libertad de expresión, religión y prensa. Su sistema de bienestar social ofrece educación gratuita y atención médica universal.
Deberes humanos: Noruega enfatiza la responsabilidad social y la igualdad de género, promoviendo la participación activa de las mujeres en la política y la economía.
2. Suecia
Derechos de los niños: Suecia es líder en la promoción de los derechos de los niños, asegurando protección y educación de calidad.
Deberes sociales: la transparencia gubernamental y la participación ciudadana son pilares fundamentales en la sociedad sueca, fomentando un entorno democrático robusto.
Canadá
Diversidad cultural: Canadá promueve la diversidad y la inclusión de minorías y comunidades indígenas, y ofrece un acceso universal a la salud como un derecho humano fundamental.
Responsabilidad ciudadana: las políticas de asilo y refugio reflejan un fuerte compromiso con los derechos de los refugiados, subrayando la responsabilidad hacia los demás.
Finlandia
Libertad de prensa: considerado uno de los países con mayor libertad de prensa, Finlandia se preocupa también por los derechos educativos, ofreciendo un sistema inclusivo y de alta calidad.
Deberes ambientales: la protección del medio ambiente es una prioridad, integrando la sostenibilidad en sus políticas de derechos humanos.
Nueva Zelanda, derechos indígenas: ha hecho progresos significativos en la protección de los pagos de los maoríes, la población indígena del país.
Compromiso ambiental: el compromiso con la sostenibilidad y los derechos ambientales es fuerte, reflejando un enfoque holístico hacia los deberes humanos.
La articulación de derechos y deberes humanos en la era de la inteligencia artificial es un desafío complejo pero esencial. Los derechos humanos proporcionan una base para proteger la dignidad y libertad de los individuos, mientras que los deberes humanos subrayan la responsabilidad hacia la sociedad y el medio ambiente.
La IA tiene el potencial de mejorar nuestras vidas de manera significativa, pero también plantea riesgos que deben ser gestionados cuidadosamente. La cooperación internacional, la gobernanza efectiva, y la educación ética son elementos clave para garantizar que la IA sirva al bien común y promueva un futuro más justo y equitativo para todos.
Es crucial que continuemos explorando y desarrollando marcos éticos que integren la IA de manera responsable, respetando y promoviendo los derechos humanos y asumiendo los deberes que tenemos hacia nuestra comunidad global.

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