Capítulo 12
IA, LOS PERSAS
Aunque los grandes filósofos griegos son muy reconocidos por la tradición occidental, los persas también hicieron contribuciones significativas al pensamiento filosófico, científico y cultural. Sin embargo, su legado a veces ha sido menos destacado debido a una combinación de factores históricos, culturales y geopolíticos. Aquí te explico algunas razones de por qué los pensadores persas no suelen figurar tanto en las listas clásicas de "grandes pensadores",
1. Perspectiva eurocéntrica
Gran parte de la historia de la filosofía que se estudia en Occidente ha sido escrita desde una perspectiva eurocéntrica, lo que significa que tiende a centrarse en las contribuciones filosóficas de Europa, particularmente Grecia y Roma. Como consecuencia, las contribuciones intelectuales de otras civilizaciones como la persa, india o china han sido marginadas o menos conocidas en los currículos educativos occidentales.
2. Diferencias en las tradiciones filosóficas
La filosofía persa y la tradición intelectual de los antiguos persas estaban muy influenciadas por su religión, el zoroastrismo, y su enfoque en cuestiones espirituales, éticas y teológicas. Aunque se trataban de temas similares a los que abordaban los griegos, las tradiciones intelectuales persas se desarrollaron de manera más orientada a la espiritualidad y la ética religiosa, en lugar de los enfoques racionalistas y sistemáticos que caracterizan a los griegos.
Esto ha llevado a que las filosofías persas no siempre se consideren "filosofías" en el sentido técnico occidental, aunque en realidad trataran profundas cuestiones sobre la naturaleza del ser, el bien y el mal, y el propósito de la vida.
3. Contribuciones Persas al Pensamiento y la Filosofía
Aunque menos destacados en la tradición filosófica occidental, los persas tuvieron pensadores y filósofos que hicieron contribuciones de gran alcance, especialmente en el contexto del mundo islámico y más allá. Aquí te menciono algunos ejemplos importantes:
a. Zoroastro (Zaratustra)
- Fundador del zoroastrismo, una de las religiones más antiguas del mundo, que tuvo una influencia significativa en el pensamiento ético, dualista y religioso de Persia.
- Zoroastro enseñaba una concepción dualista del universo: una lucha eterna entre el bien, representado por Ahura Mazda (el dios creador), y el mal, encarnado en Angra Mainyu (el espíritu destructor).
- El zoroastrismo influyó en el pensamiento religioso de otras culturas, incluida la judeocristiana, especialmente en conceptos como el cielo, el infierno y el juicio final.
b. Avicena (Ibn Sina)
- Aunque nació en lo que hoy es Uzbekistán, Avicena (980-1037) es considerado parte del legado cultural persa. Fue un filósofo, médico y científico influyente, conocido tanto en el mundo islámico como en Occidente.
- Escribió más de 450 tratados sobre diversos temas, y su obra El Canon de la Medicina fue un texto estándar en las universidades europeas durante siglos.
- Su filosofía fue una síntesis del pensamiento aristotélico y neoplatónico con ideas islámicas. Fue muy influyente en la Edad Media y es considerado una de las mentes más brillantes de la época.
c. Al-Farabi (Abu Nasr Al-Farabi)
- Al-Farabi (872-950), aunque de ascendencia mixta turca y persa, es considerado uno de los grandes filósofos del mundo islámico. Fue influenciado por Platón y Aristóteles y es conocido por su trabajo en lógica, ética y política.
- Al-Farabi también intentó reconciliar la filosofía con el islam, lo que le ganó el título de "El Segundo Maestro" (después de Aristóteles).
d. Omar Khayyam
- Conocido principalmente como poeta por su famosa obra Rubaiyat, Omar Khayyam (1048-1131) también fue un gran matemático, astrónomo y filósofo. Aunque su poesía es más conocida en Occidente, sus contribuciones en las matemáticas y las ciencias exactas fueron igualmente significativas.
- Khayyam escribió sobre el escepticismo, la duda y la naturaleza del destino, lo que lo convierte en una figura destacada en la filosofía persa.
e. Rumi (Jalal ad-Din Muhammad Rumi)
- Rumi (1207-1273) fue un poeta místico persa y fundador de la orden sufí de los derviches giradores. Aunque no fue un filósofo en el sentido técnico de la palabra, su obra aborda cuestiones filosóficas profundas relacionadas con el amor divino, la trascendencia y el propósito espiritual de la vida.
- Su poesía y enseñanzas espirituales han resonado a lo largo de los siglos y han tenido una gran influencia en la tradición mística islámica y más allá.
4. La influencia de la conquista islámica
Después de la conquista islámica de Persia en el siglo VII, los pensadores persas comenzaron a contribuir al desarrollo de la filosofía islámica. Este contexto cambió la forma en que se desarrolló el pensamiento persa, fusionándose con las tradiciones árabes y helenísticas.
- Al-Ghazali y Nasir al-Din al-Tusi son otros dos filósofos persas destacados que también trabajaron dentro de este marco islámico, influyendo en la teología, la ética y la ciencia.
5. Difusión de sus ideas
Mientras que los filósofos griegos, como Platón y Aristóteles, se convirtieron en el fundamento del pensamiento occidental, las ideas persas y del mundo islámico se difundieron más hacia el este y en las regiones islámicas. Durante la Edad Media, filósofos como Avicena y Al-Farabi
6. Reconocimiento contemporáneo
Hoy en día, hay un renovado interés por reconocer las contribuciones del mundo persa y de otras civilizaciones no occidentales a la filosofía y la ciencia. En los estudios interculturales y académicos, las contribuciones de los pensadores persas están recibiendo más atención y son valoradas por su impacto global.
Los pensadores persas no figuran tanto en las listas tradicionales de grandes filósofos debido a una combinación de perspectiva histórica, diferencias culturales y la forma en que la filosofía se desarrolló en Occidente. Sin embargo, hicieron contribuciones profundas y duraderas al pensamiento humano, especialmente en áreas como la ética, la metafísica, la ciencia y la espiritualidad.
Las relaciones entre los PERSAS Y LOS ROMANOS
Los enfrentamientos entre los persas y los romanos fueron el resultado de una larga lucha por el control de territorios estratégicos y por la hegemonía en el mundo antiguo. Estas guerras abarcaron varios siglos, desde los enfrentamientos iniciales entre el Imperio Romano y el Imperio Parto (una dinastía persa) hasta las guerras entre Roma y el Imperio Sasánida (otra dinastía persa que sucedió a los partos). Las principales razones de estos conflictos incluyen:
Control territorial: Las regiones en disputa, especialmente Mesopotamia, Armenia y Siria, eran cruciales por sus recursos y ubicación estratégica. Mesopotamia, por ejemplo, era rica en agricultura y una zona de paso vital para el comercio entre el este y el oeste.
Rutas comerciales: los romanos y los persas querían controlar las rutas comerciales que conectaban Europa con Asia, particularmente la Ruta de la Seda. El comercio de bienes valiosos, como especias, seda y otros productos exóticos, pasaba por estas rutas, lo que les daba un gran valor económico.
Prestigio y poder: tanto Roma como Persia eran superpotencias de la época y la lucha por la supremacía política y militar era una cuestión de prestigio. La victoria en estas guerras reforzaba la legitimidad de los emperadores ante su población y rivales internos.
Diferencias culturales y religiosas: aunque este factor fue más importante en las últimas etapas de los conflictos, las diferencias entre la cultura romana, con su panteón grecorromano y, más tarde, el cristianismo, y la cultura persa, influida por el zoroastrismo, también jugaron un papel en la rivalidad. Las guerras entre Roma y los sasánidas, por ejemplo, incluyeron elementos de rivalidad religiosa.
Armenia: este reino era un punto de conflicto frecuente, ya que estaba en la frontera entre ambos imperios. Roma y Persia competían por la influencia sobre Armenia debido a su importancia estratégica.
Estas razones hicieron que los conflictos entre persas y romanos fueran recurrentes, prolongándose durante siglos hasta la caída de ambos imperios frente a nuevas potencias emergentes, como los árabes musulmanes en el siglo VII.
Las relaciones entre los persas y los romanos fueron complejas y conflictivas durante varios siglos, caracterizadas principalmente por guerras intermitentes y, en ocasiones, períodos de paz y diplomacia. Las dos grandes potencias, que dominaron el Medio Oriente y el Mediterráneo, se enfrentaron en repetidas ocasiones por el control de regiones estratégicas, particularmente en el área de Mesopotamia, el Cáucaso y Armenia. A continuación, te describo las principales fases de su relación:
Guerras Partas y Romanas (siglos I a.C. - III d.C.)
Durante el período de los partos, que gobernaron Persia antes del surgimiento de los sasánidas, las relaciones con Roma fueron predominantemente bélicas:
República Romana vs Imperio Parto: En el 53 a.C., los romanos, bajo el mando de Craso, intentaron invadir Partia (Persia), pero fueron derrotados en la Batalla de Carrhae. Esta derrota fue un gran golpe para Roma y estableció un patrón de conflicto.
Control de Armenia: Armenia fue un campo de batalla clave entre Roma y Partia, con ambos imperios luchando por instalar reyes títeres. Aunque hubo algunos acuerdos, como el que hizo el emperador Nerón con el rey parto Tirídates en el año 66 d.C., las tensiones en esta región persistieron durante siglos.
Guerras de Trajano y Septimio Severo: El emperador romano Trajano llevó a cabo una invasión de Mesopotamia en el 115 d.C., logrando conquistar algunas ciudades clave, pero los romanos no pudieron mantener su control. Años más tarde, el emperador Septimio Severo también invadió territorio parto, logrando algunas victorias.
Relaciones durante el Imperio Sasánida (224-651 d.C.)
Cuando los sasánidas tomaron el control de Persia en el siglo III d.C., las guerras con Roma se intensificaron y alcanzaron nuevas dimensiones:
Shapur I y la captura de Valeriano: uno de los eventos más famosos de este período fue la captura del emperador romano Valeriano por el rey sasánida Shapur I en el 260 d.C. Shapur derrotó a las legiones romanas en la Batalla de Edesa y humilló a Valeriano, usándolo como esclavo. Esta fue una de las peores derrotas para Roma frente a Persia.
Guerras fronterizas: las guerras sasánidas y romanas continuaron de manera intermitente, con ambos imperios luchando por el control de Mesopotamia, Siria y Armeni
Política de equilibrio de poder: Aunque hubo períodos de paz relativa, los conflictos siempre estaban a la vuelta de la esquina. Roma y Persia se veían como rivales en la región y utilizaban la diplomacia y las alianzas locales (especialmente con los reinos de Armenia y Arabia) para mantener un equilibrio de poder.
Períodos de paz y acuerdos diplomáticos
A pesar de los constantes enfrentamientos, también hubo momentos en los que Roma y Persia lograron establecer tratados y mantener la paz:
Acuerdos entre Diocleciano y Narsés: En el año 298, tras una guerra en la que Roma salió victoriosa, el emperador romano Diocleciano y el rey sasánida Narsés firmaron un tratado que fijó las fronteras en favor de Roma. Esto mantuvo la paz durante varios años.
Tratado de 363: Después de la muerte del emperador romano Juliano el Apóstata en su campaña contra Persia, el emperador Joviano firmó un tratado de paz en 363, cediendo varias provincias orientales a los sasánidas para asegurar la retirada segura de su ejército.
Relaciones durante el período bizantino
Después de la división del Imperio Romano, el Imperio Bizantino (la parte oriental del Imperio Romano) heredó las tensiones y las relaciones con Persia:
Khosrow I y Justiniano I: en el siglo VI, los emperadores bizantinos, especialmente Justiniano I, intentaron mantener relaciones pacíficas con el rey sasánida Khosrow I, a través de tratados como el "Tratado de Paz Eterna" en el 532. Sin embargo, la paz fue breve, y las guerras pronto se reanudaron, afectando especialmente la región del Cáucaso y el Cercano Oriente.
Heraclio y Khosrow II: Uno de los episodios más dramáticos ocurrió en el siglo VII, cuando Khosrow II invadió territorio bizantino y llegó a capturar Jerusalén en el 614 y Egipto en el 619. Sin embargo, el emperador bizantino Heraclio llevó a cabo una serie de campañas exitosas que culminaron en la decisiva Batalla de Nínive en el 627, donde derrotó a los persas y forzó su retirada.
La caída del Imperio Sasánida y el ascenso del islam
El conflicto entre Bizancio y Persia agotó a ambos imperios, dejándolos vulnerables ante la expansión del islam. Poco después de las guerras exhaustivas entre Heraclio y Khosrow II, los ejércitos árabes islámicos derrotaron tanto a los bizantinos como a los persas. En el 651, el Imperio Sasánida colapsó tras la conquista musulmana de Persia, poniendo fin a siglos de rivalidad entre Roma y Persia.
Impacto cultural y diplomático
A pesar de los conflictos, hubo intercambios culturales e influencias mutuas. Roma adoptó ciertas prácticas persas, como el uso de la caballería pesada, y las interacciones diplomáticas a menudo fueron intensas, con embajadas intercambiadas y tratados negociados. La cultura persa, especialmente en su etapa sasánida, tuvo un impacto en las artes, la arquitectura y la administración tanto en el mundo romano como bizantino.
Las relaciones entre persas y romanos fueron principalmente definidas por la rivalidad territorial y militar, pero también hubo intercambios culturales y diplomáticos. A lo largo de varios siglos, Roma y Persia lucharon por la supremacía en regiones clave del mundo antiguo, pero ninguno pudo lograr una victoria definitiva. Esta interacción, tanto violenta como diplomática, dejó una huella duradera en la historia de ambas civilizaciones.
Opinión de la IA: El artículo "IA, LOS PERSAS" de José Saúl Velásquez Restrepo presenta un análisis completo sobre la influencia de los persas en la filosofía, la ciencia y las relaciones geopolíticas, aunque menos conocidaS en Occidente, ha dejado un impacto profundo. Me parece un texto bien estructurado y con un enfoque interesante al subrayar las razones históricas por las cuales las contribuciones persas han sido relegadas a un segundo plano en la historia de la filosofía y ciencia en comparación con las griegas.
Uno de los puntos más destacados es el reconocimiento de la perspectiva eurocéntrica que ha influido en cómo se ha escrito la historia de la filosofía. Esta visión centrada en Occidente ha limitado el reconocimiento de otras grandes civilizaciones como la persa, cuya riqueza cultural y filosófica ha sido menos valorada. El artículo da ejemplos significativos como Zoroastro, Avicena, Al-Farabi y Rumi, y aclara cómo sus obras influyeron tanto en el mundo islámico como en Europa durante la Edad Media.
El texto también pone en contexto las relaciones complejas entre persas y romanos, describiendo con claridad las razones detrás de los conflictos, como la disputa por territorios estratégicos, rutas comerciales y el deseo de hegemonía. Además, el artículo resalta cómo estos imperios intercambiaron victorias y derrotas a lo largo de los siglos, ofreciendo una perspectiva equilibrada sobre los enfrentamientos.
Un aspecto valioso es cómo José Saúl destaca la influencia de la religión y la ética en el pensamiento persa, lo cual es fundamental para entender su sistema filosófico y su enfoque más espiritual y ético en comparación con el racionalismo griego.
En general, el artículo es muy informativo y equilibra bien el análisis histórico con la reflexión filosófica. Creo que se podría ampliar un poco más en las implicaciones contemporáneas de esta herencia persa en el mundo actual, como el creciente interés en el estudio de estas tradiciones. Esto podría darle una mayor relevancia y conexión con los debates modernos sobre interculturalidad y filosofía no occidental.


