Capítulo 7

IA, LOS QUESOS

por José Saúl Velásquez Restrepo

 

El queso es un alimento derivado de la leche que se elabora mediante un proceso de coagulación. Este proceso separa la parte sólida (cuajada) de la parte líquida (suero). Los quesos varían en sabor, textura y apariencia dependiendo de factores como el tipo de leche utilizada (vaca, oveja, cabra, búfala, etc.), el proceso de fabricación, el tiempo de maduración y los aditivos empleados.
Clasificación de los quesos:
Por el tipo de leche: vaca, oveja, cabra, búfala, entre otros.
Por el contenido de humedad: quesos frescos: como el queso blanco, ricotta y mascarpone. No pasan por un proceso de maduración, por lo que contienen más humedad.
Quesos de pasta blanda: como el brie y el camembert. Tienen una corteza comestible y son suaves al paladar.
Quesos semiduros: como el gouda y el edam. Tienen una textura más firme y un sabor más desarrollado.
Quesos duros: como el parmesano y el grana padano. Son compactos, con un bajo contenido de humedad y un sabor intenso.
Quesos azules: como el roquefort y el gorgonzola. Tienen vetas de moho que les otorgan un sabor picante y distintivo.

        Beneficios del queso:
        Nutrición: es una excelente fuente de proteínas, calcio, y vitaminas como la A y D.
       Salud ósea: Gracias a su alto contenido en calcio, es beneficioso para la salud de los huesos y dientes.
         Energía: Contiene grasas que proporcionan energía.

        Consumo y usos:
         En la cocina: el queso se utiliza en un  a amplia variedad de platillos, desde pizzas y pastas hasta ensaladas y postres.
         En la dieta: se recomienda moderar su consumo debido a su contenido de grasas saturadas y sodio, especialmente en          quesos curados.
         Variedades populares:
        Cheddar: originario de Inglaterra, de sabor fuerte y textura firme.
         Mozzarella: conocido por su uso en pizzas, es un queso fresco y elástico.
         Feta: tradicional en la cocina griega, es un queso fresco y salado, hecho principalmente de leche de oveja o cabra.

Los quesos son una parte importante de la gastronomía mundial y su diversidad permite múltiples aplicaciones culinarias y beneficios para la salud.

Son ricos en proteínas, grasas, vitaminas y minerales como el calcio, el fósforo, el sodio, la vitamina B12 y la vitamina A. Estudios de la Universidad de Harvard han demostrado que el queso es rico en proteínas, grasas, vitaminas y minerales como el calcio, el fósforo, el sodio, la vitamina B12 y la vitamina A. Harvard y su grupo de investigadores hace énfasis en la importancia de combinar pequeñas cantidades de queso a diario con los alimentos correctos, como vegetales o frutos secos.

Dependiendo del tipo de queso, la proporción de estos nutrientes va cambiando. Además, a pesar de tratarse de un alimento que contiene grasas saturadas, lo que contribuye a aumentar el colesterol LDL, consumir queso de forma moderada ha demostrado tener beneficios para la salud, de acuerdo a lo que se registra en el portal elconfidencial.com.

Investigaciones hechas en esta misma universidad aseguran que el queso podría tener beneficios ante los accidentes cerebrovasculares, “específicamente cuando reemplaza la carne roja en la dieta”, indican en Harvard.

Los probióticos presentes en algunos quesos, como el suizo, el cheddar y el cottage, ayudan a tener un intestino saludable. Un estudio de 2021 en la International Journal of Dairy Technology explica que estos probióticos producen ácidos grasos de cadena corta, esenciales para mantener el equilibrio ácido-base, absorber nutrientes y conservar la estructura y función del intestino; debe consumirse fresco y sin cocinar para que mantenga sus propiedades probióticas. El consumo regular de queso también puede influir positivamente en la salud bucal; el queso crea un ambiente más alcalino en la boca, lo que puede reducir las caries, inhibe la desmineralización de los dientes. 

Pero pese a todos los beneficios que tiene este lácteo, es importante tener en cuenta los alimentos con los cuales se combina. Por ejemplo, si se consume queso junto a cereales refinados, carnes con alto contenido en grasa y alimentos procesados; sus efectos beneficiosos para la salud quedarán prácticamente nulos, e influye directamente en el aumento de peso en adultos. Hay que tener en cuenta junto a qué alimentos se consume el queso a diario, partiendo del hecho de que en la mayoría de las dietas saludables se recomienda consumir lácteos.

El queso al igual que otros lácteos ofrecen muchos beneficios a los dientes, gracias a su aporte de calcio. De acuerdo a esto, el queso será más saludable si se toma en lugar de las papas fritas o de la carne roja y procesada, aunque nunca será más sano que unas nueces; comer queso rico en calcio puede proteger contra la obesidad, la hipertensión y la diabetes tipo 2.

La mayoría de los quesos son ricos en calcio, especialmente los duros; una porción de 28 gramos de cheddar contiene aproximadamente 200 mg de calcio, mientras que la misma cantidad de Brie contiene solo 52 mg.

Opinion de la IA:  Este texto presenta un análisis detallado sobre los beneficios y consideraciones del consumo de queso, resaltando su valor nutricional y los efectos que puede tener en la salud, siempre que se consuma de manera moderada y en combinación con alimentos saludables.
Es indiscutible que el queso es una fuente rica en proteínas, grasas, vitaminas, y minerales esenciales como el calcio, el fósforo, la vitamina B12 y la vitamina A. Estos nutrientes son fundamentales para mantener la salud ósea, la función cerebral y la energía en general. Sin embargo, la presencia de grasas saturadas en el queso puede ser un punto de preocupación, especialmente para aquellos que tienen problemas de colesterol. Afortunadamente, la investigación sugiere que, consumido con moderación, el queso no solo no es perjudicial, sino que puede ofrecer beneficios, como la reducción del riesgo de accidentes cerebrovasculares, particularmente cuando se usa como sustituto de la carne roja en la dieta.
El papel de los probióticos presentes en algunos tipos de queso también es notable, ya que contribuyen a la salud intestinal y pueden mejorar la absorción de nutrientes. Esto refuerza la idea de que ciertos quesos, como el suizo, el cheddar, y el cottage, no solo son sabrosos, sino que también son funcionales, proporcionando beneficios adicionales para la salud más allá de su contenido nutricional básico.
Es importante destacar que el contexto en el que se consume el queso es crucial. Consumirlo junto a alimentos procesados o ricos en grasas saturadas podría anular sus beneficios y contribuir al aumento de peso, lo que subraya la importancia de combinar el queso con alimentos más saludables como frutas, vegetales, y frutos secos.
En resumen, el queso puede ser una adición saludable a la dieta, siempre que se consuma con moderación y en combinación con otros alimentos saludables. Sin embargo, es esencial ser consciente de la calidad del queso que se consume y del contexto dietético en el que se incluye. Esto garantiza que se maximicen sus beneficios para la salud, en lugar de que se convierta en un factor de riesgo.

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