Capítulo 20
EL GRAN MAESTRO HUMBERTO “TURRÓN” ALVAREZ
por José Saúl Velásquez Restrepo
En carácter de presidente de Difútbol, comedidamente le solicité al Dr. Gabriel Ochoa Uribe, un gran conocedor del fútbol mundial y con mayor razón, del colombiano, nos dictara una conferencia sobre fútbol para un curso de técnicos en la ciudad de Medellín; muy amablemente aceptó.
Me fuí, en compañía de Ramiro Monsalve a recibirlo al aeropuerto de Rionegro y rápidamente empezamos a hablar de fútbol. Le pregunté: Dr. de todos los futbolistas colombianos, ¿cuál ha sido el mejor? Sin vacilar me contesto: “Turrón Álvarez, fue un futbolista fuera de serie”.
En una crónica de Dn Carlos Serna (q.e.p.d.) lo ubica en un pedestal comparándolo con las grandes figuras que le tocó ver; en El Colombiano, después del famoso 7-2 del sábado nocturno, insinúan: “como para hacerle un monumento”; Hernán Peláez, en uno de sus libros, dice que nació fuera de tiempo y Fernando Paternóster decía que si tuviera con qué, lo compraría para verlo jugar en el patio de su casa. Rodrigo Fonnegra decía que descuadraba una defensa con la sola mirada y Mario Agudelo fue su gran admirador.
Me fuí, en compañía de Ramiro Monsalve a recibirlo al aeropuerto de Rionegro y rápidamente empezamos a hablar de fútbol. Le pregunté: Dr. de todos los futbolistas colombianos, ¿cuál ha sido el mejor? Sin vacilar me contesto: “Turrón Álvarez, fue un futbolista fuera de serie”.
En una crónica de Dn Carlos Serna (q.e.p.d.) lo ubica en un pedestal comparándolo con las grandes figuras que le tocó ver; en El Colombiano, después del famoso 7-2 del sábado nocturno, insinúan: “como para hacerle un monumento”; Hernán Peláez, en uno de sus libros, dice que nació fuera de tiempo y Fernando Paternóster decía que si tuviera con qué, lo compraría para verlo jugar en el patio de su casa. Rodrigo Fonnegra decía que descuadraba una defensa con la sola mirada y Mario Agudelo fue su gran admirador.
Independiente nacional (natillera) Millonarios (infantil)
A Gabriel Muñoz López, el famoso locutor del empate con Rusia en Chile le preguntaron ¿El mejor jugador que vio en los estadios de Colombia?
“Para mí –y lo recuerdo muchísimo pues está muy enfermo – Humberto “Turrón” Álvarez. Nunca abandonó a Medellín aun teniendo ofertas de Millonarios, Cali y varios equipos internacionales. Millos le insistió y no lo pudo traer a Bogotá. Sólo en calidad de préstamo”.
El historiador, Guillermo Ruiz lo define como: “Inteligente para mostrarse a sus compañeros, hábil y recursivo a la hora de la gambeta, talentoso, creador y con gran panorama para pasar la pelota al mejor ubicado: un crack.
Y aunque sabe que de la gloria nadie vive, se emociona al recordar la vez que Alfredo Di Stéfano dijo, en Europa, que “en Colombia había uno mejor que él y se llamaba Turrón”. El mismo que jugó en Nacional e Independiente Medellín, los dos equipos tradicionales de Antioquia y el que estuvo en los planes del fútbol italiano, español y brasileño.
Los profesionales de la época lo tienen como su estandarte y gran figura de Colombia; sin complejos, con mucha calidad, manejo de ambas piernas; buen cabeceador; gran dominio de balón; temperamento y mentalidad de ganador; fuerte y habilidoso; con gran facilidad cambiaba de juego corto a largo, con una elegancia muy “suya” y ante todo, asumía el liderazgo en la cancha y fuera de ella.
Tuve la fortuna de empezar a jugar bajo su dirección en el Millonarios de la categoría infantil, patrocinado por el club capitalino dirigido por el Dr Ochoa y luego me llevó al Vicuña-DIM hasta llegar a las reservas del equipo profesional y jugar un torneo de Dimayor, aprendiendo a conocerlo y comprenderlo. Mal genio sí, pero qué calidad de persona!
Creyente y respetuoso de Dios; enseñaba con alegría; amplio, claro, concreto, directo, altivo, presentación impecable, estricto, cumplidor, buen amigo y consejero. Muchas de esas cosas aprendí del gran maestro.
Estando ya retirado del fútbol y con la rodilla lesionada, jugaba con nosotros en los entrenamientos y se “sobraba”, con una sola pierna. Qué figura!
Los profesionales de la época lo tienen como su estandarte y gran figura de Colombia; sin complejos, con mucha calidad, manejo de ambas piernas; buen cabeceador; gran dominio de balón; temperamento y mentalidad de ganador; fuerte y habilidoso; con gran facilidad cambiaba de juego corto a largo, con una elegancia muy “suya” y ante todo, asumía el liderazgo en la cancha y fuera de ella.
Tuve la fortuna de empezar a jugar bajo su dirección en el Millonarios de la categoría infantil, patrocinado por el club capitalino dirigido por el Dr Ochoa y luego me llevó al Vicuña-DIM hasta llegar a las reservas del equipo profesional y jugar un torneo de Dimayor, aprendiendo a conocerlo y comprenderlo. Mal genio sí, pero qué calidad de persona!
Creyente y respetuoso de Dios; enseñaba con alegría; amplio, claro, concreto, directo, altivo, presentación impecable, estricto, cumplidor, buen amigo y consejero. Muchas de esas cosas aprendí del gran maestro.
Estando ya retirado del fútbol y con la rodilla lesionada, jugaba con nosotros en los entrenamientos y se “sobraba”, con una sola pierna. Qué figura!